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  EL MURO  
   
 

SOBRE EL MURO Y OTRAS OBRAS DE INGENIERIA

Víctor de Currea-Lugo
Representante para el Estado Español de la coordinadora palestina PENGON / Campaña contra el Muro del Apartheid
21 de Noviembre de 2003

 
 
 
 

Hay dos cosas, sobre muchas otras, que asombran en Palestina e Israel: una es la inmensa cantidad de vallas de seguridad, controles, barreras, vías cerradas y alambradas. La otra es el uso indiscriminado de la expresión "security reasons" (motivos de seguridad), expresión que justifica todos los excesos imaginables en check-points, aeropuertos, restaurantes, bares y hasta piscinas. Por fuera de Medio Oriente, el conflicto parece reducido a un asunto de "terrorismo" que, por tanto, sólo requiere soluciones policiales.

En Palestina, la mayor conjunción de cierres y de razones de seguridad se materializa en el muro del apartheid que actualmente construye Israel. Con casi 700 Kilómetros proyectados, el muro reduce aun más el territorio palestino pues anexa, de facto, alrededor del 50% de Palestina a Israel, al expropiar las tierras más fértiles y productivas de Cisjordania.

Solamente pensando en el tamaño de la anexión de territorio que representa el muro, ya estamos ante un hecho asombroso. Pero si a esto añadimos lo que el muro en sí implica en la vida cotidiana de los palestinos, nos encontramos no sólo ante una obra de ingeniería sino frente a un paso más en la perversa política de Israel.

El muro no es un elemento suelto, es el resultado de un largo proceso que nace con la misma guerra de ocupación de 1967, continúa con establecimiento de divisiones entre israelíes y árabes a través de check-points y bloqueo de carreteras, busca perpetuar la política de cierres y toques de queda y, finalmente, se entronca con la Hoja de Ruta.

En la Hoja de Ruta se dice mucho, en la primera fase, de la lucha contra el terrorismo pero muy poco de las condiciones de vida de los palestinos. Tal como lo aceptaban varios periodistas israelíes, desde finales de junio hasta comienzos de agosto -periodo en que tuvo algo de vida la Hoja de Ruta con la declaración de una tregua unilateral por parte de los grupos armados palestinos- la vida de los israelíes mejoró de manera importante sin que hubiera el más mínimo avance en las condiciones de vida de los palestinos. Como reconoce el último informe de Naciones Unidas sobre Palestina, en los últimos meses se registra un aumento del número de check-points y se han mantenido todas las medidas contra la población palestina.

El muro no contradice la Hoja de Ruta sino que la integra: un proceso de paz así busca disminuir las tensiones, deslegitimar la Intifada, justificar nuevas medidas de control, y seguir adelante con el muro mientras la comunidad internacional cae en el engaño de una paz prematura. Incluso, el cumplimiento de La hoja de Ruta llevaría a que en el 2005, no antes, estuviera en la mesa de negociaciones el asunto de las fronteras, para ese momento, ya definidas por el muro. La llamada "Hoja de Ruta" sí que constituye una obra de ingeniera política que ha sido además bien vendida.

El muro, en su primera fase de 145 kilómetros, ha significado el cierre de vías, la perdida de mas de cien mil olivos, las destrucción de casas, comercios y escuelas, la perdida de acceso a tierras para cultivo, sitios de trabajo y servicios de salud, y el aumento dramático de la dependencia de la población aislada de la ayuda humanitaria. El muro afectará de manera directa a por lo menos 210.000 palestinos de 67 poblados.

Como reconoce Naciones Unidas, el muro, abiertamente contrario al derecho internacional, producirá una nueva generación de refugiados y desplazados. A pesar de su ilegalidad, Israel persiste en su construcción que, como resultado final, aislará a los palestinos en un modelo similar o peor que el del Apartheid o producirá su expulsión por el tipo de condiciones de vida a que quedan reducidos.

En medio de excesos de cercas y de "motivos de seguridad", los palestinos se aprestan a una nueva tarea, la lucha contra el muro, un capitulo más en la lucha contra la ocupación, tarea que requiere de toda la solidaridad internacional.

Víctor de Currea-Lugo