EL GOLPE DE ESTADO
DE "NADAV"
Sobre las intrigas de las elecciones
Uri Avnery Las próximas elecciones serán
decididas, y quizá ya han sido decididas por una persona
anónima, cuyo nombre de guerra es "Nadav".
"Nadav" se llama a sí mismo un "experto"
en el servicio del Servicio General de Seguridad (conocido por su
acrónimo hebreo SAVAK o Shin-Beth). Según él,
su título oficial es "Jefe del Departamento de investigación
en el campo de árabes israelitas". Si "Nadav"
fuese el comandante de una brigada armada e instigase un golpe de
estado militar, como los viejos generales Sudamericanos de antaño,
el resultado de su acción sería muy diferente. Por
supuesto, sus jefes no enviaron sus tanques al Knesset, tampoco
arrestaron a líderes izquierdistas y les arrojaron desde
helicópteros al mar. Por supuesto, no. Ellos son mucho más
humanos. Sólo utilizan papel.
El papel de Nadav es una "opinión experta"
sometida al Comité Central de Elecciones por el Fiscal General.
En el, el hombre entre comillas, (las comillas aparecen en el propio
documento), dice que el partido Balad quiere destruir el Estado
de Israel, ayudando y siendo cómplice de los enemigos del
estado, incitando a los ciudadanos árabes a la rebelión,
y más de lo mismo. En base a esta experta opinión,
el comité intenta descalificar a Balad y su líder,
Azmi Bishara, junto con algunos otros MK árabes, para que
no tomen parte en las elecciones.
El Comité de Elecciones está compuesto
por los representantes de los partidos en el actual Knesset, en
bases proporcionales. Por lo tanto los representantes de los partidos
de derechas, incluyendo el partido Shinui, tienen la mayoría.
Están unidos por su odio a los árabes, y tienen también
en común su interés por expulsarlos del Knesset. Ellos
seguirán las órdenes del "sistema de seguridad",
tal y como la mayoría del Knesset ha hecho siempre. En el
pasado, esto se hacía discretamente pero últimamente
esto se hace de manera abierta. Los jefes de "Nadav" pueden
contar con él.
Cuando un oficial superior habla, el Knesset le presta
atención. En la mayoría de los casos, esto se aplica
también a los jueces del Tribunal Superior, uno de los cuales
es el jefe del Comité de Elección. La intervención
del Servicio de Seguridad en la campaña de elecciones es
mucho más que un defecto cosmético. Es mucho más
que un acto contra los ciudadanos Árabes. Esto concierne
a todas las personas de Israel, y más que nada a todo el
público judío. Porque esto es un golpe de estado que
cambia el verdadero tejido del estado.
A fin de entender porque sucede esto, uno tiene que
analizar al electorado israelita. Está compuesto de cinco
grandes bloques, como sigue:
1. El sector de la clase media Ashkenzi (Judíos
europeos) que vota mayoritariamente a los laboristas y a Meretz.
2. El sector de judíos orientales (también
llamado Sephardi) que vota mayoritariamente al partido del Likud.
3. El sector religioso y ortodoxo que vota mayoritariamente
a los dos partidos ortodoxos (Agudat-Israel y Shas) y al partido
Mafdal (Nacional Religioso)
4. El sector de los nuevos inmigrantes de la antigua
Unión Soviética que votan mayoritariamente a los dos
partidos rusos (liderados por Natan Sharansky y Avigdor Liberman).
5. El sector árabe, que vota mayoritariamente
a los tres o cuatro partidos árabes.
Los sectores 2-3-4 constituyen el campo de la derecha,
los sectores 1 y 5 constituyen la izquierda. Los dos campos son
prácticamente iguales en tamaño y las elecciones normalmente
se deciden por los "votos flotantes" que nadan entre la
corriente.
(En las próximas elecciones, el cuadro está
un poco borroso por el inesperado crecimiento de un partido comparativamente
nuevo, el Shinui (cambio), que está casi completamente compuesto
de gente pudiente Ashkenazis, unidos principalmente por su ferviente
odio a la gente religiosa. Aparentemente, este partido no está
claramente posicionado en los problemas cruciales de guerra y paz.
Pero su líder incuestionado Tommy Lapid, periodista y una
personalidad de la televisión, es básicamente un fanático
chauvinista. Ya ha declarado que bajo ninguna circunstancia se unirá
a una coalición que incluya árabes.)
Una rápida mirada al mapa político
muestra que sin los votos árabes, no hay ninguna coalición
de izquierdas que tenga alguna oportunidad de formar un gobierno.-
ni hoy ni en el futuro previsible. Peor, sin los votos árabes
no puede haber "un bloque preventivo" como los que han
jugado un papel crucial en los últimos diez años.
A fin de prevenir el asentamiento de una coalición de derechas,
un bloque de ese calibre necesita 60 asientos de los 120 asientos
que hay en el Knesset. Esto significa que sin los árabes,
los de izquierdas no pueden ni siquiera dictar los términos
para su participación en una coalición dominada por
la Derecha. Solamente se podrían unir a esta coalición
con las manos en alto, como prisioneros de guerra.
Con estos antecedentes, las implicaciones del golpe
de estado de "Nadav" y sus jefes puede entenderse. Si
el partido Balad o sus jefes son descalificados, todos o la mayoría
de los ciudadanos árabes boicotearán las elecciones.
El sector árabe que constituye casi el 20% de la población
israelita desaparecerá del mapa político. Sin el,
no hay posibilidad de que la izquierda recobre algún día
el poder, o incluso ni siquiera podrá jugar un papel importante
en el "Gobierno de Unidad". Si los partidos de izquierdas,
encabezados por el Laborista, no ponen una fuerza determinante para
luchar contra esta conspiración, se encaminarán a
un suicidio.
Cuando un golpe de estado de esta clase se lleva
a cabo por el Servicio de Seguridad General, significa que Israel
está abandonando la comunidad de los paises democráticos
y se está uniendo al tercer mundo. No sólo concierne
a los ciudadanos árabes. Concierne también a cada
uno de los ciudadanos Judíos.
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